Ayer tuvimos un encuentro sumamente interesante entre la ciencia y los futuros docentes. La visita de Gabriela Millán, con una charla-taller sobre la aplicación de la Antropología Forense a procesos sociales traumáticos como lo fue la Guerra de Malvinas, generó aprendizajes significativos. La singularidad del genocidio y la guerra de Malvinas perpetrados por el Proceso de Reorganización Nacional llevó a una parte de la comunidad científica a establecer los puentes necesarios para la formación del Equipo Argentino de Antropología Forense, reconocido mundialmente. La tarea con los héroes de Malvinas que quedaron custodiando las islas en el cementerio de Darwin fue compleja y duró más de diez años. La identificación de nuestros soldados no fue fácil en un territorio gobernado por la Corona Británica. Sin embargo, personal militar inglés como Jeoffrey Cardozo (luego de la guerra) trató a los cuerpos y pertenencias de los caídos con sumo amor y respeto. Los militares y los gobiernos democráticos nunca se hicieron cargo del informe de Cardozo. En 2012, Cristina Fernández realizó gestiones con las autoridades inglesas y la Cruz Roja para comenzar la tarea de darle identidad a las tumbas, con la leyenda «Soldado solo conocido por Dios». Hoy día, se han reconocido a la mayoría de nuestros héroes. Sus deudos pueden ir a dejarles una ofrenda y una plegaria. Este es un ejemplo evidente de cómo la ciencia ayuda a la sociedad a sanar las heridas de un pasado trágico. Gracias, Gabriela, por tu conocimiento, solidaridad y tu pedagogía tan potente, capaz de llegar a los estudiantes de manera sencilla, y gracias al Prof. Gastón Ballesteros por haber organizado el encuentro… ¡Muchas gracias!